Con la salida de la primera estrella de hoy, y hasta el amanecer de mañana, la comunidad judía vivirá la fecha más sagrada del judaísmo, en la que los fieles piden perdón por sus pecados del año anterior a través de un ayuno, con el objetivo de acercarse a Dios.

Durante este periodo no está permitido realizar ninguna actividad creativa, así como tampoco utilizar ropas de cuero o cosméticos. Se debe ocupar este tiempo exclusivamente para pensar sobre los errores cometidos y las promesas incumplidas, y pedir perdón por ellos.

Este día marca el final de los diez días dedicados a la reflexión que iniciaron con el Rosh Hashaná.