Poco se sabe de la participación de Mujeres en la guerra de Malvinas. Los libros de historia nos cuentan de las madres, abuelas, tias y novias que habían despedido a sus seres queridos, que les escribían cartas, y que recolectaban donaciones que nunca llegaban, pero no nos cuentan de las instrumentistas quirúrgicas, enfermeras y radio operadoras que también fueron protagonistas.

 

Probablemente, el hecho de haber sido voluntarias, civiles y pertenecer al sector de la sanidad, profundizó el olvido que acompañó el proceso de “desmalvinización”, que siguió por dos décadas en el país.

En esta reconstrucción de la historia, quiero ponerle nombre a algunas de ellas, para que al nombrarlas, revaloricemos la participación de tantas otras:
Liliana Collino la única mujer que está probado que pisó territorio isleño a bordo de un Hércules C-130 en el que se transportaban contenedores y heridos, y que en 1986 pidió su baja luego de solicitar en reiteradas ocasiones un ascenso que nunca llegó.

Norma Navarro, María Cecilia Ricchieri, Susana Maza, Silvia Barrera, María Marta Lemme y María Angélica Sendes, seis instrumentistas quirúrgicas, que se alistaron como voluntarias, estuvieron a bordo del Rompehielos ARA Almirante Irízar, que fun

 

cionó como buque hospital, a unos seiscientos metros de las islas.

En el imaginario colectivo el veterano, es siempre un hombre. Hoy sabemos que también tenemos veteranas y heroínas de Malvinas

Profesora Verónica Cardozo