Finaliza el mes fuerte de la máxima: “Nuestro entorno es nuestro reflejo”: entendimos que no somos espectadores de nuestro entorno, somos protagonistas. Cada acción, por pequeña que parezca, transforma el lugar en el que estamos. Y ese cambio no es solo externo: también habla del compromiso, el respeto y el amor que ponemos en lo que hacemos.
Porque cuando cambiamos nuestro entorno, también nos cambiamos a nosotros mismos. ¡Sigamos manteniendo limpios y bellos nuestros espacios!
¡Gracias por ser parte de esta misión que nos une!
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