Compartimos con ustedes las palabras que nos acercara la familia Brisco para despedir a la Promoción 2011. Maryana, sabiendo que la emoción no la dejaría hablar, decidió encomendarle la tarea a la Profesora Beatriz Dinucci, confiando en sus cualidades personales.

Apreciamos significativamente el mensaje transmitido y valoramos cada expresión, porque sabemos que fueron pensadas cuidadosamente y encierran el sentir de toda la familia.

Aprovechamos la oportunidad para agradecerles por habernos confiado la educación de Isaac y Macarena, desde muy pequeñitos.

Quince años…; difícil expresar todo lo que encierran, lo que significan en mi corazón. En ellos compartimos alegrías y tristezas, existieron aciertos y errores, tuvimos charlas amenas y también desencuentros; todas vivencias propias de una familia, que en este caso particular es la del colegio.

Buscando las palabras justas para decir todo lo que siento, me puse a pensar en mis hijos, en su primer día de clases, que hoy me parece tan cercano y tan lejano al mismo tiempo; en la nueva etapa que muy pronto emprenderá cada uno de ustedes y recordé un cuento que seguramente en unos calará más hondo que otros; pero estoy muy convencida de que todos lo guardarán en un rincón de su corazón.

Y dice así…

Nada en la vida ocurre por casualidad…

Si un día al despertar, encontraras al lado de tu cama, un lindo paquete envuelto con sumo esmero, probablemente lo abrirías, aún antes de lavarte el rostro, curioso de ver lo que hay dentro…

Si fuese algo que no te gusta mucho, entonces lo guardarías pensando qué hacer con aquel regalo, aparentemente, “inútil”…

Pero, si al día siguiente recibieras otra caja, una vez más la abrirías corriendo y si esta vez encontraras algo que te guste mucho… Un recuerdo de alguien distante… un lindo traje que viste en una tienda… un exquisito perfume… un abrigo maravilloso para los días de frío… o simplemente un ramo de flores de alguien que se acordó de ti… ¿Cómo reaccionarías?
Cuántas cosas ocurren a diario y no las percibimos. Todos los días cuando despertamos ahí está, frente a nosotros, una caja de regalo enviada por Dios: Un día enterito para usarlo lo mejor posible.

A veces viene lleno de problemas, cosas que no conseguimos resolver: tristezas, decepciones, lágrimas… Pero otras veces viene lleno de sorpresas, alegrías, victorias y conquistas.

Lo más importante es que, todos los días, Dios envuelve, con todo cariño para nosotros, mientras dormimos, nuestro regalo: “EL DÍA SIGUIENTE”.

No siempre Él nos regala lo que esperamos o queremos, pero siempre nos manda lo mejor, lo que precisamos; que es más de lo que merecemos.
Abre tu regalo todos los días, agradeciendo primero a quien te lo envió, sin importar lo que viene dentro de la caja. Sin duda

Él no se engaña en la remesa de los paquetes.

Si no vino hoy lo que esperabas, espera… ábrelo mañana con más cariño pues en cualquier momento, los sueños y planes de Dios, llegarán para ti envueltos en un regalo.

“Dios no atiende nuestras voluntades… pero si nuestras necesidades…Que Dios te colme de Bendiciones.”

Un beso muy grande a cada uno de esos futuros adultos que con orgullo pude conocer y también a los que conforman la familia del Colegio Yapeyú que vio crecer a tantos jóvenes colaborando junto a sus padres en la difícil tarea de transformarlos en hombres y mujeres felices y capaces de enfrentar la vida.