La historia de nuestras áreas protegidas comienza hace 114 años cuando el Dr. Perito Francisco P. Moreno (explorador, geólogo y paleontólogo) cedió al Estado Nacional tres leguas cuadradas (unas 7.500 hectáreas) de su propiedad ubicada en cercanías de Laguna Frías y Puerto Blest, al oeste del lago Nahuel Huapi, con el fin de que fueran “consagradas como Parque Público Natural”, tal como escribió en la carta de donación fechada el 6 de noviembre de 1903.

En un principio fue conocido como “Parque Nacional del Sur” y luego pasaría a ser el actual Parque Nacional Nahuel Huapi.

Las áreas protegidas cumplen funciones de relevancia en la conservación de recursos naturales y culturales. Son sectores del territorio continental o marino de gran valor en cuanto a su biodiversidad y belleza escénica: en ellas están limitadas las actividades humanas, contando con un estatus de protección legal.